La búsqueda por incluir a más grupos étnicos en el sector tecnológico es un desafío para entes gubernamentales como grandes y pequeñas compañías, impulsados por gremios y asociaciones sociales.
Para ilustrar, citemos un ejemplo en el área de la seguridad informática: según un informe publicado en abril por Security Ventures, de la fuerza laboral actual en Estados Unidos, apenas el 25% está conformado por mujeres, y según cifras de Aspen Institute, la comunidad latina está apenas representada por un 4%. los trabajadores afroamericanos que representan el 13 % de la fuerza laboral de EE. UU., una baja cifra considerando la alta demanda de personal en el área.
Por otra parte, el Estudio de la Fuerza Laboral de Seguridad Cibernética de 2022 realizado por la asociación internacional de seguridad denominada (ISC)², señala que solo en EE. UU. existe un total de 1.205.812 puestos por ocupar, lo que representa una gran oportunidad para incorporar minorías étnicas.
¿Qué puede estar causando esta brecha?
Una encuesta liderada por (ISC)² determinó que 77% de los participantes afirmaron que en su plan de estudios no se mencionaban opciones relativas a la ciberseguridad, aspecto que dificulta la posibilidad de considerar el acceso a la carrera.
También existe la errónea creencia de requerir mayor inversión de años de preparación y recursos financieros, por encima del promedio de otras carreras, para obtener conocimientos avanzados y poder trabajar en ciberseguridad.
Factores socioculturales y estereotipos también afectan la inclusión de nuevos talentos en el campo laboral al desestimar las habilidades de un posible candidato, por la alta exigencia de requisitos (títulos académicos, años de experticia), además de la poca atención a skills concretos por parte entrevistadores. No se toma en cuenta que los candidatos sin experiencia laboral, pero con sólidos conocimientos en el área, pueden aportar valor a los departamentos de ciberseguridad.
¿Por qué se necesita la inclusividad en la industria de la ciberseguridad?
El objetivo de la industria de la ciberseguridad es mantener a raya las amenazas cibernéticas que día a día crecen y ponen en riesgo la integridad tanto de personas como de organizaciones y compañías. Para el cumplimiento de este objetivo, las empresas que ofrecen servicios de ciberseguridad deben contribuir a cerrar la actual brecha de talentos. Para ello deben, en lo inmediato, emprender diversas acciones, entre las cuales los planes de capacitación e inclusión de personas de origen indistinto son prioridad.
En la conferencia InfoSecurity Europe de 2022, Pete Cooper, subdirector de Defensa Cibernética de la Oficina del Gabinete del Reino Unido, expresó que para el sector de la seguridad cibernética es indispensable contar con la más amplia diversidad de personas, cuyo talento y conocimiento contribuyan a promover diferentes perspectivas, detectar oportunidades y asumir desafíos.
Un enfoque más diverso en la industria puede garantizar el acceso a nuevos puntos de vista que mejoren la acción contra la ciberdelincuencia, rentabilizando la operatividad y promoviendo el curso de la economía en sus diversos niveles. Por otra parte, con la inclusividad se estimula el sentido de pertenencia del personal hacia su lugar de trabajo, al sentirse aceptado y escuchado, lo que puede traducirse en un mayor rendimiento y productividad laboral.
La importancia del reconocimiento al mérito y la inclusividad
Para nadie es un secreto que, debido al elevado aumento de las ciber amenazas y sus cada vez más sofisticados tipos de ataque, el exceso de trabajo sea común en los departamentos de ciberseguridad. Una encuesta realizada por Bridewell, arrojó que factores como el estrés y el cansancio son determinantes cuando los líderes del área consideran retirarse de sus posiciones de trabajo.
El bajo número de profesionales capacitados, para afrontar las diversas tareas de los departamentos de seguridad informática, fomenta que muchos empleados asuman tareas adicionales ajenas a su cargo. Esta situación es un caldo de cultivo para el aumento del estrés y el burnout, ampliando aún más la brecha de talentos.
Muchos líderes de seguridad trabajan un promedio de 11 horas extra por semana, comprometiendo el necesario balance entre su vida personal y laboral, su salud y el deseo de crecer profesionalmente. Aquí entra en juego la retención del personal, práctica que compañías implementan para reducir el estrés causado por la agotadora faena y para multiplicar la productividad.
Asimismo, muchas compañías sugieren que el progreso de las habilidades mediante cursos y otros métodos de aprendizaje son entera responsabilidad del empleado, sin tener en cuenta que, en algunos casos, no tienen tiempo más allá de sus labores.
Los programas de capacitación constante, para mantener al personal actualizado sobre nuevas amenazas, constituyen una manera efectiva de impulsar el desarrollo dentro de las organizaciones, promoviendo el crecimiento positivo y fortaleciendo los vínculos con el personal. Una compañía que vela por los logros de sus empleados es un lugar donde difícilmente renunciarán.
Brecha de empleos = Oportunidad
La industria de la ciberseguridad trae consigo un sinfín de posibilidades de desarrollo para aquellos que se integren a ella; globalmente aumenta la demanda de especialistas en el área para atender posiciones presenciales o remotas, en otros países, con salarios promedios que pueden alcanzar $ 82.500 anuales, según cifras de ZipRecruiter.
Otra gran ventaja que ofrece esta carrera es la posibilidad de certificarse sin conocimiento previo de tecnología. Existen programas intensivos que, en solo seis meses, facilitan el aprendizaje necesario para ejercer cargos en ciberseguridad.
Muchas empresas comienzan a comprender el valor del talento que tiene la representación racial en sus organizaciones, abriendo oportunidades que harán de la ciberseguridad un campo fértil para toda clase de personas con interés en aprender un importante oficio para la sociedad actual. Todos tenemos talento y en CyberWarrior podemos ayudarte a desarrollar tu potencial.